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Aquí el texto de la reseña publicada en ABC de las Artes y las Letras el día 23 de setiembre 2006. Este es el vínculo:http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=5084&dia=&sec=32#

Ensayo - Ensayo
La prehistoria de Foucault. Por Blas Matamoro.Convirtiéndose en Foucault. Sociógenes de un filósofo, José Luis Moreno Pestaña.

¿Fue Foucault un filósofo porque no pudo ser otra cosa? ¿Qué suerte de filosofía asumió para serlo? Estas preguntas implícitas movieron al autor a bucear en lo que denomina indefinición fucoltiana: respecto a los mercados intelectuales, a su posición en ellos, a las tensiones de las ideas, a las instituciones.Hijo de un médico importante que lo quiso también médico sin conseguirlo, feo, culposamente homosexual, con fantasías de suicidio, el joven Foucault que estudia Moreno Pestaña se alimenta y se embrolla en un ambiente brillante de entreguerras: la fenomenología que orienta al objetivismo epistemológico y al existencialismo, el Hegel de Kojève e Hyppolite, una tóxica mezcolanza de Marx y Nietzsche, todo ello impregnado por la tradición moralista del ensayismo francés y vagamente animado por un enésimo romanticismo anarcoide, devoto de lo irracional y lo onírico. Bataille y Bachelard, digamos.Obsesiones. Foucault intentó orientarse hacia un futuro donde lo aguardaban sus obsesiones ?la locura, la medicina, la prisión, la sexualidad? a través del psicoanálisis de Binswanger, que le sirvió para criticar la psicología desde la filosofía. Echó en falta una antropología del signo: si hay psicología es porque existe la experiencia negativa del hombre asumida por él mismo.En este cruce acaba su prehistoria y se esboza su derrotero más característico, que lo lleva a una negación de la historia y a su consecuencia radical: la desaparición del hombre, mera creencia de cierta época, traída y llevada por el tiempo.Fuera del circuito institucional, Foucault se incluyó en la institución francesa por excelencia: el libertario de cátedra. En este examen de su juventud, su constante alejamiento de la instancia paterna y su búsqueda del maestro sustituto y de la casa acogedora, están señalando un perfil de jacobino curiosa y lógicamente institucional. Lo que en su tiempo se llamó ideólogo.El trabajo de José Luis Moreno Pestaña es probo y ordenado. Trasluce una labor de tesis. El lector de ensayo prefiere pasar de tantas apoyaturas en citas y fichas, y aligerar lo suyo el bagaje de tecnicismos para uso interno de la academia. En cualquier caso, no sobra pispar en la prehistoria de un negador de la historia.

Comentarios

Rodrigo Castro Orellana ha dicho que…
José Luis: Viajando por internet me he encontrado con tu blog. Felicitaciones por el trabajo. Yo estoy en ello...aunque de aprendiz. Me interesa mucho conocer tu libro de Foucault, del cual he recibido excelentes comentarios. Yo estoy a unos meses de publicar un libro sobre la ética en el último Foucault auí en Chile, que es fruto de mi tesis doctoral. Veo que tu navegas por los comienzos y yo por el desenlace...aunque tal vez no exista mayor diferencia al fin y al cabo. Saludos, Rodrigo Castro Orellana.
Naxos ha dicho que…
Hola José Luis, sinceramente no conozco tu libro pero me gustaría mucho inspeccionar si es del tipo de texto que usa la vida de Foucault para cuestionar su obra. De esos ya hay muchos y no más hablan de un oportunismo editorial. Por lo que leo en esta reseña, mucho me temo que la publicación se adscribe más a una suerte de periodismo filosófico de tono sensacionalista.

Y es que me pregunto: ¿Cuál es el afán de tu libro? ¿Se distribuye en México? ¿Hay un generoso formato online, o hay que gastar dinero para leerlo? ¿Vale la pena ese gasto? En fin, lo que se lee de esta reseña apunta más al tipo de argumento falaz ad hóminem para descalificar un modo de pensamiento a tu juicio indefinido (según lo parece).

¿No sería más franco decir que te posicionas como un profesor de filosofía entregado a la impotencia de su investimento, y que rechaza filosofías que no hacen labores académicas de cajón, sino que más bien han podido liberarse de ello, en el afán de abrir nuevas brechas de entendimiento?
José Luis Moreno Pestaña ha dicho que…
Hola Naxos,
Según Jean-Claude Passeron y según Paul Veyne -en comunicación personal que me permiten hacer pública- es uno de los mejores libros escrito sobre la formación de Foucault. Yo creo que llevan razón -así de inmodesto soy y así de tiempo le he echado- pero tú debes juzgar... Aunque dudo que tan subidito de tono como escribes no tengas ya el juicio facturado.
Eso sí, no es un libro para beatos de Foucault y según creo hay más filosofía dura en él -y explicada, cosa que no sucede a menudo en muchas loas entusiastas al maestro de Poitiers- que en la mayoría de las cosas que se escriben sobre Foucault.
Puedes leerlo en francés o en español. Se consigue en amazon.
Saludos cordiales
Naxos ha dicho que…
Pues habrá que leerlo entonces, José. Lo que sí es que esa reseñita no le ayuda mucho a tu libro . Has de aceptar que existen muchas publicaciones que usan la vida de Foucault para trasponerla a su obra y para tratar de explicitar aquello que Foucault no dejó leer en sus libros. Esto es muy común para cierto periodismo filosófico que publica libros para sólo venderlos rápido y para que los compren quienes no han podido asimilar aún la obra de autores como Foucault. Espero que tu libro no sea de esos que están dedicados a hacer creer que son críticos.

Ahora bien, si Passeron dijo eso de tu libro, o una de dos: a) o es es un excelente espaldarazo que por el halo de autoridad no tienes más rem edio que comértelo entero o b) es que tu librito tiene un enfoque de una sociología muy durita. Considerando precisamente la dureza de la visión sociológica del propio Passeron -por ejemplo en la crítica que le hace a Bourdieu- hay posibilidades de que sea lo primero. Quizá Passeron sólo pudo ver en tu libro un gran afán de referencia y de documentación. No creo que sea muy interesante, al final de la cuenta, destacar los ires y venires de la trayectoria de un filósofo como Foucault, sobre todo, cuando el argumento que promociona tu libro -el de si a él sólo le quedó ser filósofo por no poder ser otra cosa-, es inversamente aplicable por ejem plo Bourdieu, de quien es sabido -creo que él mismo llegó a decirlo- que quiso ser filósofo y terminó haciendo sociología. Ahí estaba el pan José. Como sea, t anto en el caso del uno como en el del otro, por fortuna para nosotros, hicieron lo que hicieron .

En fin, no es para que te enfades ni para que esgrimas defensivas -o quién sabe-. Mi tono subidito te molestó porque quizá tu libro esté en los lindes del sensacionalismo: creo que el título también lleva a pensar a algo así, y quizá no refleje la sobriedad sociológica que presumes -por lo mismo quizá venda a corto plazo apenas lo suficiente- . De mi juicio no te preocupes, no me da por subestimar a nadie, pero tampoco me apantallan los charolazos de autoridad.

Y bueno, no deja de ser irónico que hables de una indefinición en Foucault, cuando tu mismo siendo filósofo, estás haciendo labor sociológica.

saludos y cuando quieras...
José Luis Moreno Pestaña ha dicho que…
No me enfado hombre... O sí, un poco. Porque o yo no sé leer o tus comentarios o están lleno de pretenciosidad y falta de medida.
Sobre todo, después de juzgar a partir de una reseña corta de una persona... Cuyo enfoque no me gusta, pero que pongo igual que pongo las otras...
Y es que hay otras reseñas, leelas, y verás otros enfoques sobre el libro.
Lo mejor es que leas el libro, librito o librazo, si es que su contenido te interesa, y en torno a cuestiones concretas, discutamos. Periodismo filosófico o gran libro de filosofía, o mediano o semialgo, eso depende de lo que cada uno saque a relucir con su enfoque -en comparación con otros enfoques posibles, no de un catálogo de pecados "a priori" (periodismo, impotencia -glups!!!-etc.)-.
Una curiosidad, hombre ¿qué tiene el título de sensacionalismo? ¿Qué tiene de mala la indefinición? En mi libro digo que es uno de los rasgos que hizo a Foucault grande.
Sea como sea, te agradezco tus correos y te reitero mi cordialidad...
Naxos ha dicho que…
Hola José, hasta este momento he podido leer tu respuesta. Qué agradable que estemos sosteniendo esta conversación chisposa, de verdad. Quiero aclararte que de lo he escrito no se puede leer aún juicio alguno -si quieres revisar los "quizá" aplicados-, y lo dicho nunca ha perdido de vista que su detonante ha sido una reseña bastante malita. Es un alivio que aceptes que la reseña no es favorecedora.

Ahora bien, cuando digo que el libro quizá no refleje la sobriedad sociológica que presumes lo hago un poco para torna-solear francamente el brillo que de tu libro parece despuntar: ya que he de admitir que es muy interesante y rico considerar una referencia que refiere a una parte de la trayectoria de Foucault desde el punto de vista sociológico -o socio-genético (termino que habrá que ver de qué se trata y que has de admitir que le da cierto impacto al título)-, más acaso considerarla también desde cierto desfase en el habitus de Foucault (y en este punto tu libro se abriría quizá hacia una teorización de la llamada histéresis) es muy audaz, sobretodo aún cuando antes sólo eran de encontrarse esos destellos en algunas menciones aisladas del propio Bourdieu.

Sobre el tono pretencioso puedo decirte que es más bien un tono lleno de prospección que más bien habla de un modo de ser por demás protensivo -modestia aparte eh?-. Revisa bien y no verás aún un juicio en lo dicho pero si mucha medida. Sobre lo del título he de admitir que no tengo forma de saber de qué diablos se trata eso de "Convertirse en Foucault" y ello es precisamente lo que motiva críticamente a la prospección, lo cual no es necesariamente malo ni para el libro ni para ti -si es que el libro avala el porqué de su titulo-.

Pues bien si que me gustaría leerlo, sinceramente, pero me pregunto si a ti te interesaría discutirlo conmigo en el nombre de una retroalimentación positiva y de una crítica sin mordaza que, te lo aseguro, no está al servicio de ningún interés editorialista. A esta altura sospecharás que mi punto de vista no es del todo silvestre, y lo digo con mucho respeto.

José debo decirte que no es mala lid la mía, incluso haciendo un poco memoria recordé que había descargado algo de "un tal Pestaña": revisando encontré que se trata de un texto tuyo sobre Passeron que me resultó muy sobrio e interesante (me refiero a “¿Qué significa argumentar en sociología?"). De modo que con esa carta bajo ahora un poco la guardia y me abro al intercambio. Sin embargo, como has de saber en lo concerniente a Foucault -dado su nietzscheanismo- las cosas se cuecen aparte, por lo que en él no todo ha de remitirse a sus trayectorias. Ya veremos que nos ofreces y sabremos hasta donde te atreves a decir sobre Foucault.

En fin, te mando más saludos
y otro tanto de chispas
adr
Naxos ha dicho que…
Hola José:

Me dí la tarea de escribir un artículo a propósito de este asunto en mi espacio, a modo de admitir la premura de mi crítica, pero también a modo de expresar porqué pienso que es audaz relacionar lo de Foucault con la idea de conversión (de ahí que piense en un linde sensacionalista). Por si quieres leerlo, lo titulé Civitavecchia y la conversión foucaultiana.

Y quizá sepas tu mejor a lo que me refiero al final del post.

Saludos
José Luis Moreno Pestaña ha dicho que…
Hola Naxos,
Tres cosas:
1. La referencia a Passeron y a Veyne es, si puede decirse, de carácter etnográfico. Ellos son actores de la época que narro y aparecen en el libro. Ahora me produce pudor haberlos citado.
2. La palabra experiencia es sólo una palabra. Nietzscheana o no, puede ser una especie de sumidero donde se oculte la fascinación y la referencia ritual; esto es: un "asylum ignorantia" posmoderno. Establecer sus dimensiones es la tarea del trabajo intelectual. En cada caso concreto y más allá de lo que cada uno se reconozca y proclame.
3. Como explico en mi libro, la lectura de Nietzsche no puede haber sido la referencia de las transformaciones de Foucault. Son razones más prosaicas las que le impulsaron. Eso sí, el Nietzsche leído por Bataille -y popularizado en cierta cultura "normalien" radical- tuvo un efecto de primer orden. Es lo que llamó Foucault el comunismo "nietzscheano". Que tiene que ver con Nietzsche como Marx con la "Teoría estética" de Adorno. Muy de lejos.
Te mando un abrazo, sigo haciendo votos por la mesura en la discusión y te agradezco el interés mostrado por lo que cuento.
Naxos ha dicho que…
José:
También gracias por la visita y por participar activamente de este post. Te diré sinceramente que no creo que la palabra experiencia sea sólo una palabra. Y aunque por demás entiendo porqué lo dices, ese punto no lo comparto para este caso. Puedo coincidir contigo en que haya una suerte de hoyo negro que nos atraiga a la especulación respecto a lo que verdaderamente pasó en esos días, pero en este caso no es que el tema de la experiencia se pueda aplicar por defecto a la dificultad o imposibilidad de hallar una explicación de lo sucedido: más bien es un tema que para Foucault desde entonces ya se movía en distintos planos, y sobre todo a nivel filosófico y psiquiátrico. Como sabes, Foucault estaba entonces cuestionando muchas cosas a ese nivel -esto es algo que hay que tener presente-, y el despunte de ello vendría años después, en 1961, cuando salió la Historia de la locura. No está demás recordar que dicho libro podría ubicarse precozmente como parte del movimiento antipsiquiátrico que sucedería más adelante en Inglaterra y en E.U. De modo que el tema de la experiencia no puede estar fuera de lugar en el Foucault de esos años.

También es desatinado no ver la influencia de Nietzsche a este respecto. Puedo entender que, dado su sociologismo, en tu libro no puedas aventurarte a decir que las transformaciones de Foucault tenían que ver también con la lectura de Nietzsche. Es obvio que con ese afán no se puede asegurar ese tipo de cosas, ni siquiera hay razón para hacerlo. Cualquiera que se ponga el sombrero de sociólogo no llegaría más lejos de lo que seguramente ya avanzaste en tu libro. De ahí que pueda ser interesante. Pero no es casualidad que sitúes el cambio de Foucault en la época en la que él estaba empapándose de la obra nietzscheana. No puede resultar más que obvio que asegures que la lectura de Nietzsche no explica las transformaciones de Foucault, si tu pretensión es sociológica y si tu libro quiere complacer ese enfoque para avivar una serie de reacciones al interior de ese campo. Pero fuera de esa complacencia tal afirmación es por demás estrecha. A mi personalmente me interesa mucho, pero no por ello le quitaré el ojo a las implicaciones filosóficas.

Si bien pienso que la lectura de Nietzsche tuvo que ver, también coincido en que hay razones mucho más prosaicas, pero a mi juicio éstas se entremezclaron con esa lectura de un modo enfático. Por ello dudo mucho que el nietzscheanismo de Foucault sea un simple ideologismo de época -como pareces afirmar-. Ahí más bien estás reproduciendo un sentido común académico que te impide ver que el nietzscheanismo de Foucault tiene lo suyo propio. Muchas veces el rigor nos hace hablar por alguien más. A mi juicio es muy probable que en Foucault haya acontecido una ruptura que lo haya abierto y que haya precipitado su transformación. Y seguro ello tuvo que ver con algunas prácticas y razones ciertamente prosaicas relativas a su estilo de vida, las cuales años después lo llevarían a encontrar su voz escritural.

Pero este tipo de cosas sólo se pueden decir cuando se deja el investimento institucional y se habla por uno mismo. Y no creas que al hacerlo pierdo de vista la referencia de la obra del autor y me vuelco sobre su vida: nada de eso. Pero tampoco hago hablar a la obra más de la cuenta, como para hallarle lo que no tiene. Mi intención no es ni exaltar ni hacer menos la obra a partir de tales presunciones, pero tampoco quiero sublimar del autor un modo de ser hasta ahora sólo suponible. Mi intención es señalar -y señalarme- los puntos que tarde o temprano tendrán que esclarecerse.

Bueno, no sé que puedas pensar, pero espero escuchar algo no del sociólogo ni del profesor, sino del filósofo que seguro llevas dentro....

Saludos
O rumor do vento ha dicho que…
Hola, Josè Luìs, soy un estudiante gallego de sociologìa que, en estos momentos, se encuentra en Braga (Portugal) cursando una Beca Erasmus. La verdad es que tengo muchas ganas de acabar la carrera.

En mis ratos libres leo y escribo; nunca he sabido si soy un periodista con flema sociològica, o un sociòlogo con flema periodìstica. Supongo que no merece la pena "torturarse" por eso. El caso es que, sinceramente, uno empieza ya a estar cansado del positivismo sociològico que preña a algunas facultades de sociologìa y, al mismo tiempo, tampoco puede evitar desdeñar el idealismo (epistemologicamente hablando) filosòfico, los "flatus vocis" de tantas y tantas filosofìas que, honestamente, nunca me han aportado nada a la hora de entender este mundo.

Ahì me encuentro, entre la repulsa del positivismo sociològico, y la repulsa del idealismo filosòfico. Claro, uno podrìa decir, en estos tiempos de indolencia : "vaya hombre, un marxista, lo que nos hacìa falta". Pues no, ni eso, porque despuès de haber leìdo algunos escritos de Hannah Arendt, uno sigue echando de menos la falta de una propuesta ètico-polìtica : que el marxismo sea un buen instrumento analìtico de aquello que escoge, a priori, analizar, no quiere decir que sea una "macroteorìa" con respuestas para todo.

Ultimamente, he disfrutado mucho con Edward Said; la temàtica de las narrativas del poder es algo por lo que siempre he sentido una especial sensibilidad.

Si quieres pasarte por mis blogs y poder charlar y compartir inquietudes. Sera un placer : tu blog me ha gustado mucho.

www.diegovarela.blogspot.com

www.aforismoscotidianos.blogspot.com

Tengo inquietudes muy diversas; la literatura, la sociologìa, la poesìa, la filosofìa... y es, creo, esta heterogeneidad, este caràcter hìbrido de mis inquietudes, el que hace que recurra al mundo del periodismo y la comunicaciòn para poder sintetizarlas. Uno no aspira a llegar a ser un Montalbàn, pero sì a poder hacerun buen periodismo de reflexiòn. Queda poco buen periodismo, y yo espero poder terminar sociologìa para poder entrar hacia periodismo.

Por cierto, he visto que tenìas posteado por ahì un texto y una foto de Manuel Sacristàn. Me maravilla ese hombre, he disfrutado mucho con sus libros.

Bueno, lo dicho, si quieres estar en contacto conmigo y compartir inquietudes, has topado con un buen ciber-compañero.

Un saludo
Anónimo ha dicho que…
Hola José,
pues felicidades por el libro y en hora buena. Es interesante saber esa otra historia. Estuve leyendo los comentarios de este post y me parece, con todo respeto, que Naxos está más interesado en ocupar una posición de autoridad sobre la obra de Fouacult que en discutir su obra. En cuanto a los intereses editoriales de tu libro y que Naxos argumenta como base de su publicación, ¿creerá Naxos que los libros de Foucault nunca se sometieron al escrutinio editorial y sus intereses económicos?
Nuevamente felicidades.Saludos desde Perú.
PD. ¿Se puede conseguir tu libro por acá?

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