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Mostrando entradas de febrero 25, 2007

La (mala) educación sentimental

En el blog de Jean-Louis Fabiani, no debe uno perderse, sobre todo si siente que París es un sitio magnífico pero, en ocasiones, insoportable, la desternillante descripción del ambiente de la EHESS (institución tan admirable por tantísimas razones) así como de la bravuconería y la pedantería que -sólo a veces ¿eh?: en España hay que tener cuidado con un rancio sentimiento "antiafrancesado" - ennegrece las buenas conversaciones que a menudo abundan en sus restaurantes. Muy útil, entre nosotros, ya que, como se sabe, a París muchos hemos tenido la grandísima fortuna de ir a aprender y ¡algunos hay que importan ese tipo de prácticas (sin importar por lo demás la sustancia intelectual que caracteriza a la vida francesa) como si fuesen un atributo inseparable del intelectual! Y no: la mala educación es una violación de los rituales humanos (y como Goffman enseña sólo mediante ellos nos reconocemos y nos hacemos humanos), los bravucones unos falsos matasietes (que diría el gran Ala

De cómo las ciencias sociales clarifican la filosofía I. La unidad del pensamiento humano

La filosofía, a menudo, ha reivindicado su papel de auxiliar central en el proceso de reflexividad de las ciencias sociales. Con este post, comienzo una serie que pretende incidir en lo contrario: cómo las ciencias sociales son un util indispensable de claridad en la propia actividad filosófica LA UNIDAD DEL PENSAMIENTO HUMANO Merleau-Ponty("Partout et nulle part", Signes , Gallimard, 1960) se preguntaba, siguiendo a Hegel, si el pensamiento no occidental merecía la dignidad de ser tratado como filosofía, o era, sin embargo, una “inmensa literatura pesante”. La respuesta del filósofo francés consistía en cuestionar el etnocentrismo de Hegel que medía todo el pensamiento con el marco del nuestro. Bien: Randall Collins ( Sociología de las filosofías ) responde como Merleau-Ponty –es decir: fuera de Occidente hay filosofía- y adopta el método de Hegel –esto es: juzgada con unos cánones comunes, la creación es estructuralmente similar en Japón, China, la India y Grecia-. Por tant

Un excelente artículo de Francisco Vázquez sobre Delphi

Publicado en el diario "La Voz", 2-3-2007 Terrorismo global en la Bahía No es descabellado calificar el reciente cierre de Delphi como un acto de terrorismo global. Se trata en efecto de una acción súbita que arrasa con vidas y haciendas y lo hace despreciando a la ley -obsoleto instrumento de esa pieza de museo que es la soberanía nacional- y convirtiendo a las personas en objeto de un cálculo estratégico que sólo ve en ellas la condición de recursos rentables. La diferencia entre el terrorismo de sangre y el terrorismo industrial es que el primero mata ateniéndose a criterios de rentabilidad política mientras que el segundo abandona a su suerte a las víctimas aduciendo imperativos de rentabilidad económica. Todo apunta a que, pese a lo repentino del anuncio, la decisión de ese Ben Laden sin rostro que encarna este género de compañías había sido concertada desde hace años, siguiendo una estrategia tendente a adelgazar paulatinamente la empresa. Aunque el nivel de productivid