En este magnífica reacción (pinchar en el vínculo del título), con su cultura y su gracia habituales, Salvador López Arnal se interroga sobre cuestiones centrales de la desverguenza con rostro humano. Ha salido hoy en Rebelión. ¿Para cuando la vuelta del trabajo al centro del debate político? ¿Cómo liberarnos del seudoproblema del nacionalismo, que todo lo enturbia, que a todos nos agota, que permite que las condiciones de posibilidad de la democracia y el liberalismo (liberales somos todos; pero nuestro liberalismo exige la lucha contra el neoliberalismo) bien entendido -entre otras, el derecho del trabajo- puedan ser laminadas sin resistencia?
En este magnífica reacción (pinchar en el vínculo del título), con su cultura y su gracia habituales, Salvador López Arnal se interroga sobre cuestiones centrales de la desverguenza con rostro humano. Ha salido hoy en Rebelión. ¿Para cuando la vuelta del trabajo al centro del debate político? ¿Cómo liberarnos del seudoproblema del nacionalismo, que todo lo enturbia, que a todos nos agota, que permite que las condiciones de posibilidad de la democracia y el liberalismo (liberales somos todos; pero nuestro liberalismo exige la lucha contra el neoliberalismo) bien entendido -entre otras, el derecho del trabajo- puedan ser laminadas sin resistencia?
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