Valentín Galván acaba de publicar su investigación doctoral en la editorial Virus su libro De vagos y maleantes. Michel Foucault en España. Tuve la suerte de juzgar esta tesis -dirigida por Paco Vázquez, que introduce el libro- cuando se defendió; ahora está disponible en esta bonita edición de la más que meritoria editoria Virus. Valentín hace un retrato honesto y detallado de las recepciones plurales del filósofo de Poitiers. Recepción que aún nos ocupa y, como pude comprobar en el congreso de filosofía joven, aún nos enfrenta. Pensemos lo que pensemos de ella, debe ser porque algo importante -aún, quizá no dentro de poco- se juega de nuestra identidad profesional como filósofos y política como ciudadanos.
Intervención ayer en Traficantes de sueños durante la presentación de Foucault y la política ¿Quién es un buen lector de Foucault? Es uno que no toma de Foucault lo que le viene en gana, sino el que aspira a tener por entero el espíritu de Foucault “porque debe haber el mismo espíritu en el autor del texto y en el del comentario”. Para ser un buen lector de Foucault, un buen foucaultiano, deben comentarse sus teorías teniendo “la profundidad de un filósofo y no la superficialidad de un historiador” Es una broma. En realidad, el texto anterior resume "¿Qué es un tomista?", un texto del insigne filósofo de la Orden de predicadores Santiago Ramírez, y publicado en 1923. Pero los que comentan filósofos, Foucault incluido, siguen, sin saberlo, el marco de Ramírez. Deberían leerlo y atreverse a ser quienes son, tal y como mandaba Píndaro. El trabajo filosófico, desde esta perspectiva, consiste en 1. Se adscriben a una doctrina y la comentan mediante par
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