En los años 1980 el universo del discurso se cierra definitivamente. Cada vez menos personas vislumbran una salida política alternativa al capitalismo. Intelectualmente, el marxismo pierde su condición de condición de entrada en el mundo cultural. Anteriormente, como dice el sociólogo francés Gérard Mauger, era una especie de salario mínimo del intelectual y sin él no había posibilidad de ser escuchado. Los nuevos filósofos, recibidos en España con algo de retraso, habían marcado la norma . En adelante, la renuncia al marxismo, el estar de vuelta de la revolución (y habría que ver quién estuvo de ida...) la condición de la credibilidad intelectual. Bourdieu hablará de una de biografía política e intelectual curiosa: decir muchas tonterías y luego pasarse la vida arrepintiéndose de haberlas dicho. Todo ello en público, claro. MVM había conocido ese proceso de cerca. Su contacto con las elites culturales le permite comprender cómo el izquierdismo no era sino la farfolla ideológica
"Huíd de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." Juan de Mairena/Antonio Machado