Una reseña de Luis Roca Jusmet en el número de febrero del Viejo Topo , sobre Foucault y la política Antes de entrar en el libro que me ocupa quería comentar mi lectura anterior de otros dos en francés, no traducidos, que son respectivamente una apología y una descalificación de la persona y la obra de Foucault. El primero es de Paul Veyne ( Foucault. Sa pensée, sa personne . París: Livre de Poche, 2008). El libro, escrito por el historiador y amigo de Foucault, tiene un sentido apologético que no me gusta. Foucault aparece totalmente idealizado, tanto personal, como filosóficamente, como políticamente. Con la metáfora del samurai aplicado a Foucault elabora una especie de halo de guerrero del espíritu, implacable y certero, que me parece muy forzada. Alguna anécdota, como la que explica su sorpresa al verlo con una mujer, ambos con un kimono, la verdad es que roza el ridículo. Lo define como un intempestivo nietzcheano, un escéptico y un incorformista, calificativos que como ver
"Huíd de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." Juan de Mairena/Antonio Machado