Nynphomaniac I de Lars Von Trier se parece muy poco a una película porno, lo que parecía inferirse de los comentarios que acompañaron su estreno. Es una película triste, que nos presenta un sexo ajeno al modelo californiano del porno: realista, seco, esmirriado, nada exuberante. La clave de la historia la aporta la protagonista al final: he tenido muchos encuentros sexuales, pero todos han sido el mismo. ¿Con quién se ha encontrado la protagonista? Con su propio ritual, un ritual sin más sentido que su repetición. Pero, ¿en qué se diferencia de otros rituales? Se supone que éste funciona como una adicción, aunque como le dice la persona a la que cuenta sus desdichas, todo depende de cómo se mire. ¿Qué tiene de malvado un ritual sexual compulsivo? ¿Lo tiene o no? El problema es central en el dialogo que organiza la narración pero pero solo con la primera parte (vista la segunda, reharé esta entrada), no puede responderse. Veamos qué es lo que la película aporta acerca de la gé
"Huíd de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." Juan de Mairena/Antonio Machado