Las
elecciones son democracia, cómo no, pero son democracia sostenida por
principios aristocráticos. Todos los días se confirma esta vieja tesis
aristotélica. Personalmente intento conducirme teniéndola en cuenta, por ejemplo al votar ¿Cómo intento votar? Cuando puedo, porque las listas son abiertas, eligiendo personas que me parecen sensatas,
algunas por que las conozco, otras porque me han hablado de ellas. ¿Qué
significa que me parecen sensatas? Pues que me parecen poco narcisistas y saben
reconocer una opinión mejor. También porque me parecen relativamente
independientes y no tienden a convertir su grupo de referencia en una fraternidad
excluyente de vida y pensamiento: a esos, si los distingo (¡ay, muchas veces se me escapan!) no los voto ni los votaré nunca,
porque son gente de secta pitagórica, de comité bolchevique o de lobby
neoliberal. Por definición son enemigos de la ciudad y los temo como a una vara verde. En suma, elijo personas políticamente mediocres porque creo que a
una empresa política, a una ciudad, la salva el nivel de la gente media y
porque, quien se tome en serio la sociología, detecta vulgaridad en quien se
proclama extraordinario: infinita e irritante vulgaridad.
Si se delimitasen los cargos por competencias,
que es lo que yo defiendo, elegiría, para esos cargos, a las personas más
sobresalientes y exigiría la definición de indicadores (que siempre son
ambiguos...) para determinar su calidad -esa calidad siempre es provisional.
Entre esas cualidades sobresalientes se encuentran las diferencias ideológicas,
que en muchísimos planos funcionan, de hecho, diferenciando como las competencias
técnicas. Sobre el aborto o el salario mínimo elijo al partidario de la mejor
idea lo cual equivale a elegir al mejor arquitecto para una comisión de
urbanismo. En este momento, es la base de la elección aristocrática, discrimino
al mejor, con el baremo de una idea o de una competencia técnica.
El resto de los cargos los sortearía entre personas decentes y estables (por ejemplo, con un
tiempo determinado de permanencia: en suma, un censo razonado). Decencia y estabilidad son siempre
propiedades dinámicas y, por tanto, se prueban o se desdicen cada día.
¿Y
en qué se convierte la mínima campaña electoral? En la propaganda arbitraria, arbitraria
hasta el sonrojo, de las cualidades de la gente (cualidades sostenidas por el
amor o el afecto o el desdén y no por un conocimiento comparado mínimamente
serio), en el fraccionamiento por diferencias políticas barrocas o en la
exhibición de un capital cultural -que por sus características solo puede
exhibirse en serio entre los pares: en los demás es cultivar la recepción
disparatada y la plusvalía simbólica.
¿Cuál
es la buena pregunta democrática que debe hacerse? 1) ¿Cuál es el perfil social
(de clase, familiar...), cultural y, muy importante, las redes sociales de los
elegidos o elegibles, los realmente elegibles? 2) ¿Cuántos sin inserción en esas redes previas son elegidos o tienen
la posibilidad de que tengan un grupo que les exalte sus cualidades? Una vez
realizadas tales preguntas, las fronteras entre ortodoxia y crítica, entre outsiders e insiders, podrían desmoronarse y veríamos que son oposiciones entre
próximos. Y que la verdadera democracia sería ampliar el radio social, cultural
y de capital social a los que la oposición, que puede ser esencialmente solidaria pese a la trifulca, deja fuera.
¿Cuál
es la mala pregunta o más que mala la pregunta irrelevante? Por qué los más
fuertes no integran a todos. Esa pregunta asume, de hecho, la política como circulación entre elites: exige la ampliación del poder
sin cuestionarse su principio. Es una pregunta de aristocracia insatisfecha, pero aristocracia, aristocracia superlativa: sois tan lúcidos que
debéis daros cuenta de que no lo sois tanto si no nos incorporáis a los
guardianes de vuestra enorme lucidez: por tanto nosotros detentamos una lucidez
de segundo grado. Si los más fuertes han sido convertidos en tales por el voto,
si ese voto se debía a la idea de la necesidad de una dirección compacta y
eficaz, no cabe reprocharles nada. La única cosa sería reprocharles carencia de
sensatez y equilibrio para mandar. Y decirlo claramente: en ese momento, no son
los mejores, son oligarcas. De lo contrario debe respetarse la confianza que
la gente acaba de otorgarles. Y que ellos la interpreten de la mejor manera
posible, con sus sesgos y su lucidez, los que todos tenemos. ¿No fueron ellos votados por su defensa de la eficacia?
¿Por qué integrar a quienes no consideran los mejores? Saber perder es la
condición para que haya juego político y para ganar algún día.
Pero insisto las
preguntas importantes no son estas, son las que he formulado antes: las del
parágrafo anterior. Y casi nadie las hace.
Todo
régimen es un híbrido de democracia, aristocracia y monarquía. Controlar cómo
se asignan el lugar de cualquiera, de
los mejores y del imprescindible (si lo hay) es la base de
la racionalidad. Aunque a menudo, esta, no puede ejercerse o debe ejercerse
como la democracia: por grados, nunca de manera absoluta. Y un grado de
democracia aristocrática es mejor que nada, como un grado de aristocracia es preferible
a uno de oligarquía o deseo más un grado de liderazgo preclaro (monarquía) que de
tiranía.
Comentarios
Entiendo que es una pregunta retorica, usted ya sabe la respuesta:
“Lo divertido y lo terrible de los partidos y las democracias modernas es que, considerándose tales, se basan, exclusivamente, en procedimientos aristocráticos: las elecciones. Y las elecciones requieren esfuerzo, recursos, manejo de hombres y mujeres, pertenencia a dinastías políticas, algo que solo queda a disposición de unos cuantos.
Si no se quiere a la casta, la clave se encuentra aquí. Un representante del pueblo, necesariamente, asciende si tiene materialmente los recursos. Podemos hacer trampas y llamarlo casta solo cuando no nos conviene o nos disgusta o se corrompe. Pero es un timo intelectual. Aristóteles llamaba a la aristocracia corrupta oligarquía, pero cuando era buena no la llamaba representantes del pueblo o intelectuales orgánicos: la llamaba aristocracia. Es lo que es. Se puede preferir una aristocracia electiva, pero conviene saber a qué atenernos si confiamos en ella.”
2: “¿No fueron ellos votados por su defensa de la eficacia?”
Sera la eficacia mediática porque la mayor diferencia que veo entre Plasmariano y PI es la que había entre Nixon y Kennedy. Pego un comentario de un forero del diario.es, datos, hechos:
#58 otremont | 12/11/2014 - 00:05h
Es decir de 73 candidatos hay: 69 con carrera universitaria, 2 que son estudiantes universitarios y dos que no lo indican (Ciencias Politicas: 10; Derecho: 8; Filosofia: 7;Historia: 4; Economia, Psicologia y Sociologia: 3 por cada una; el resto son de 18 carreras universitarias diferentes) Los hay con dos o mas carreras, asi como, de master y doctorados.
Representan los licenciados el 98,80 % de la candidatura.
Si comparamos con los diputados en el congreso tenemos: Con carreras universitarias 96,77 % de los 350 diputados.(143 Derecho, 35 Economicas, 13 Ciencias Politicas, resto diversas carreras) No lo dicen o no pasan del Bachiller: 5
Si comparamos vemos que la candidatura de CQP, tiene las casi mismas las proporciones que la casta.
¿Donde están los ciudadanos de a pie? O ¿los politicos tienen que haber pasado por la Universidad y ser "tecnicos"?
…...........
“Podemos” hacer trampas … y las haremos …. Sin piedad Jose Luis con los tahúres.
Un saludo
si diez años después de su existencia esas fueran las cifras de Podemos se impondría su conclusión. Es un lugar más de circulación de elites. Pero nada más nacer me parece disparatado y, por supuesto, no comparto la tesis del comentario.
Sobre las elecciones apreté demasiado el trazo en la reseña que usted cita.
Gracias por leerme
Saludos
Pues a mi si, porque 'democracia aristocrática' es un oxímoron. Si hubiera dicho república aristocrática tendría un pase, anacrónicamente por supuesto.
PD. encantado de leerle.
Hay que darle tiempo a Podemos antes de juzgarlo. Solo se está constituyendo...
Lo eficaz es ser exitoso y tener éxito es ser elegido? Suena a predestinación, calvinismo, en fin toda esa doctrina que da origen al socialdarwinismo.
“Son enemigos de la ciudad y los temo”, pues si, es lo que hay.
Y con poner duda de aquellos aristócratas que tanto gustan de tener que distinguirse. Eres un machadiano y en eso creo que coincidimos.
Pero en tu análisis incluiría cuestiones más sociológicas. Podemos y sus activos, doscientos y pico mil somos personas muy diversas, pero a grandes rasgos se aprecian 3 sectores. Uno de IA, con estructura, otro quincemayista y de mareas y un último más próximo de a la "Complutensis" especializado en políticas (y comunicación política, más desde la militancia de la Tuerka, muy loable origen, por cierto) y que forma el grueso junto a sus actores fieles y redes del equipo promotor. El problema que se nos viene parte de la inclusión de una de las propuesta de un borrador de Maracena-Granada, que no permite que haya personas con otro carné de partido. Este hecho cierra la heterogeneidad y quiebra la posibilidad de ampliar frentes y tendencias, como hizo Syriza al abrirlo. Podemos tiene, con los documentos aprobados, visos de hacerse muy técnico, pero olvidándose de partes. No obstante es ilusionante todos la movilización municipalista de unas cuantas ciudades. Tendremos que estar fuertes, pues el contraataque que llegue será muy feroz.
Conocemos a nuestros adversarios o seguimos demasiado ensimismados en nuestras purezas y métodos.Si queremos una verdadera contrahegemonía tendrá que ser muy amplia y segura de su rivales.
Saludos,
Mariano.
Coincido contigo frente a anónimo, que se encuentra mucho más desilusionado, que existen muchas potencialidades en el nuevo partido,
Las resoluciones sobre militancia han sido votadas masivamente. Y en cuanto a las preguntas que hago, ninguna de esas facciones se las plantea, que yo sepa. Son para mí las preguntas cruciales.
Un saludo
La política tiene un componente pragmático, no tendría sentido sin este. Intentaré escribir sobre todo esto de Podemos con más tiempo, fundamentalmente sobre las posiciones respecto del sorteo, las que se afirmaron y las respuestas. Ahora no puedo porque estoy liado con mis clases.
Cuando hablaba de la gente sectaria, me refiero a un modelo de individuo muy transversal, normalmente producto de ambientes sectarios. Una vez producidos son agentes activos. Es verdad que existen sectas y es verdad que hay gente que genera sectas allí donde se abren espacios plurales. Suelen ser individuos que están en un campo con intereses de otro campo, y en eso los intelectuales se llevan la palma. O suelen ser individuos que no saben vivir sin un grupo de referencia monolítico.
Insisto que yo creo que el equipo de pablo iglesias plantea problemas democráticos fundmaentales, como el de la ampliación del radio de la política. Si le interés le recomiendo una entrada sobre el sorteo y podemos que escribí hace poco. Saludos
Yo (anonimo) hice dos comentarios en aquella entrada del sorteo. Por cierto el que estaba desilusionado amargamente con Podemos por rechazar el sorteo y no abrir el radio de la política no era yo precisamente. Allí no dice usted que hay que esperar 10 años para ver cambios sociales, no.
Bueno, mi divergencia era otra, yo critique que la tarea de Hermes no era dotar a los hombres de igual virtud política, sino hacerles participes de la política. Aun con ese detalle y todo la entrada que escribio sobre Prometheus es fantástica:
“Los dioses os odian porque parece que Hermes no hizo tampoco bien su misión y el proyecto de Protágoras –la participación colectiva de hombres iguales en la virtud política- nunca se consumó. Lo que se consumó fue la sociedad regida por (supuestos) especialistas mientras un conjunto de imbéciles morales se dedicaban a consumir y a hacerse trampas entre ellos. A eso se parece la nave Prometheus. Sócrates creía que así podría construirse una ciudad ya que los especialistas educarían a los imbéciles. Pero no, de la imbecilidad no se sale con doctrinas, Protágoras lo sabía bien: solo con prácticas.”
A ver cual es la excusa esta vez.
Antes de Navidad intento responderle a las cuestiones de la entrada anterior, que me costaba trabajo captar. Así como las de otros lectores.
Sobre el sorteo enlazo a un artículo interesante con extractos traducidos al inglés del libro de David Van Reybrouck – Contra las elecciones, del cual Vd. mismo decía esto:
“Hablamos de la casta y razones hay. Desgraciadamente, llamamos casta a las elites que no le gustan a uno, no a las que amamos o a aquellas en las que aspiramos a convertirnos. Si alguien quiere tener una genealogía auténtica de la casta puede encontrar en este libro una buena introducción.”
http://www.policy-network.net/pno_detail.aspx?ID=4760&
“Democracy is not government by society’s best and brightest; that is what is called an “aristocracy”, even when it is elected. That is obviously a choice one can make, but if one so chooses then please be clear about it and change the name. Democracy, on the other hand, profits precisely from allowing a diversity of voices to speak. It is about equal say, about the equal distribution of political chances. What it’s all about is governing and being governed, about government of the people, for the people, and in the end by the people as well.”
Ha cambiado algo desde entonces? Porque el trazo es el mismo
saludos
Comencé mi participación en Plaza Podemos de forma casi coincidente con mi decisión de incorporarme activamente al círculo de mi ciudad, justo al comienzo de esta Asamblea Ciudadana que se acaba de dar por concluida. Mi primer hilo se titulaba “Me rindo: no doy la talla” y al final, tengo que reconocer que eso es así.
Quiero empezar diciendo que considero que Pablo Iglesias es un animal político, así como lo son algunas de las personas de las que se ha rodeado, y como tal, es muy probable que haga historia.
Más en:
http://www.reddit.com/r/podemos/comments/2mgmsm/ahora_si_me_rindo_efectivamente_no_doy_la_talla/
Un abrazo
Me hubiera gustado, además, que los más votados lo hubieran sido por sus méritos y no por su pertenencia a una lista. Me parece que eso habría sido más Podemos (en cambio, lo de ahora no deja de darme un poco de vergüenza: ¿somos lo nuevo? ¿así es lo nuevo? Espero que no).
Dijimos que Podemos era, sobre todo, un método: para decidir en igualdad entre todos, para que nunca nadie pudiera, en un despacho, decidir qué conviene más hacer o quién conviene más que sea elegido. En este momento no puedo dejar de pensar que el lenguaje se presta a infinitas torsiones.
Creo que es la hora de llevar las exigencias sociales a las instituciones, la hora de intentar poner las instituciones al servicio de la multitud. Por eso, tras la campaña, animo a volver al trabajo que veníamos haciendo y a hacer todo lo posible para ganar las instituciones. Podemos tiene que ser el brazo institucional de la multitud, el interfaz institucional de los movimientos sociales. Mientras sea posible seguir pensánndolo así, y en la medida en que sea posible hacerlo, yo me pongo a ello.
Hasta el día mismo de la victoria electoral.
Hay muchos compañeros recién llegados a Podemos, que ven el proceso con una ilusión auténtica e inocente, y no podemos decepcionarlos. Hay también compañeros que llevan toda la vida dando lo mejor de sí mismos, peleando todas las batallas y perdiéndolas una a una, que ven en Podemos la oportunidad de, por fin, ganar por una vez... y también está bien que por una vez puedan ganar y sentir que no han desperdiciado su tiempo. Yo los entiendo. ¿Cómo no voy a entenderlos?
Pero creo que ganar no es ganar unas elecciones. Creo que ganar es sentar las bases para cambiar el mundo cada día, para construir un "nuevo pacto de la naturaleza" (por usar la fórmula con la que el viejo Epicuro se refería a la posibilidad de un nuevo y distinto encuentro constituyente). Y creo que eso sólo es posible si nuestra actividad se encamina a modificar las formas de relación social. Ganar unas elecciones puede facilitarlo, ciertamente, pero si alguien piensa que ganar consiste en la posibilidad de legislar... es que no ha entendido nada.
Juan P Gª del Campo Dixit
http://sistemaencrisis.es/2014/11/10/el-adn-antidemocratico-de-podemos-un-analisis-de-los-hechos-2/#comments
Saludos José Luis
Una referencia más sobre el sorteo,
saludos y esperando con ganas tu análisis a las diferentes cuestiones.
Ana