(Agradezco a Salvador López Arnal sus comentarios a la primera versión de esta entrada, editada tras sus comentarios) El cura y los mandarines , el esperado libro de Gregorio Morán, merece una discusión profunda, de su metodología no menos que de los contenidos que selecciona, aquellos que obvia y de la manera, a menudo brutal pero siempre estimulante, de presentarlos. Sería una auténtica pena que solo mereciera elogios o desprecios y que quienes estudian la cultura española contemporánea ignoraran sus aportes y sus límites. Empiezo con la que sigue una serie de entradas donde comentaré tres aspectos de la obra: la tesis de la continuidad cultural entre el Régimen franquista y el que sucede a la Transición, la idea de consagración o de calidad intelectual desde la que trabaja el libro (en mi opinión de manera poco reflexiva) y el humor desde el que se encuentra escrito. Vayamos con la continuidad. El libro presenta una descripción global de la transformación de las elites int
"Huíd de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." Juan de Mairena/Antonio Machado