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Mostrando entradas de febrero 14, 2016

Sobre "Techo y comida"

Jacques Rancière defiende una idea muy poderosa. La mitología estalinista se apoyaba en la destitución simbólica de cualquier crítica al partido, mezclando la crítica sociológica y la arrogancia epistemológica. Como el partido representaba a una clase incapaz de hablar, todo el que planteaba un problema se descartaba como un impostor. Si no lo fuera estaría atribulado por los males y sin palabra; si estaba presente sólo podía ser un pequeñoburgués ocioso. La verdadera clase, paciente de todos los males, siempre estaba más allá, era una clase eternamente ausente: el partido le daba la palabra. Algo similar se encuentra en muchas vivencias religiosas de la política. Los auténticamente sometidos, esos son los interesantes y no todos esos que hormiguean en las reuniones, esa gente, como se quejaba Aristóteles, que tienen la asamblea fácil. Esta película es interesante y la protagonista merece todos los premios. Sin embargo, acumula todos los tópicos de la pobreza silenciosa y pac

“Donde está el Uno célebre, advenga la olvidada muchedumbre”. Tres notas sobre una biografía de Guy Debord

Conozco mal la obra de Guy Debord, tampoco los estudios críticos que se le han consagrado. Mi lectura de la obra de Jean-Marie Apostolidès ( Debord: le naufrageur , París, Flammarion, 2015) presenta todos los problemas, por tanto, de quien se introduce en un terreno mal conocido. Con lo dicho, importa poco que el trabajo me resulte impresionante, mas no puedo dejar de decirlo. En esta brevísima nota quisiera destacar tres problemas. El primero remite a los procesos de socialización individual y su efecto en los espacios sociales, en el caso los intelectuales y los políticos. Apostolidès nos propone una aplicación sistemática del psicoanálisis a partir de una escena traumática incubada en la familia. A mí me resulta convincente pero cabe siempre preguntarse si, con otros patrones íntimos, se actúa de otro modo en la lucha por la visibilidad intelectual y si, sin el sostén de una organización institucional (Debord carecía de título alguno), podrían forjarse leyendas con otras pau