Entre el 403 y el 399, la democracia ateniense vivió con dos exigencias. La primera, el recuerdo de la tiranía de los Treinta. La segunda, la imposibilidad de acusar a nadie de las tropelías durante el régimen de terror. Trasíbulo y Anito, jefes de los demócratas, decretaron una ley de amnistía. La ciudad necesitaba olvidar. Sin embargo, no se olvidaba aunque no se pudiera llevar a nadie a juicio, so pena de graves consecuencias legales, por sevicias cometidas durante el gobierno de los Treinta. La democracia del siglo IV perseguía duramente las acusaciones espurias, también las dirigidas contra los enemigos de la democracia. Pese al mito del "siglo de Pericles", fue ese el gran momento garantista de la democracia ateniense. Los oligarcas derrotados, ya sin apoyo espartano, fueron exiliados a Eleusis. Mas nadie se quedó tranquilo: el pretexto de su rearme llevó a liquidarlos en el 401. Es una época donde en los tribunales se recuerda a menudo cómo se comportó e
"Huíd de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." Juan de Mairena/Antonio Machado