Ir al contenido principal

La mecamística de Antonio Arias

 



El Aula de Creatividad es un ciclo destinado a conocer cómo crean los autores, cuáles son sus rutinas de trabajo, en suma, cómo se configura la caja negra de la escritura, la composición y la producción artística en general.

Una de nuestras intenciones es ampliar el máximo posible la visión de la creación y explorar sobre todo los dispositivos en los que se entrecruzan diversas técnicas, saberes, registros y normas: el pensamiento, la poesía, la novela, la música, las artes plásticas... Entre las ideas que nos prendieron este año era la de celebrar a dos compositores muy distintos que murieron hace ahora 20 años, ambos fueron autores de letras y canciones extraordinarias: Douglas Glenn Colvin, más conocido por Dee Dee Ramone, y Joe Strummer, bajo de los Ramones uno y cantante de The Clash otro. Ambos simbolizan dos polos: el segundo, hijo de un diplomático y estudiante de Bellas Artes, ejemplifica un estilo intelectual de fuerte inspiración socialista, mientras que el primero, un marginal fascinado con la iconografía militarista, representa la repulsión y fascinación con las experiencias límite.

Esos dos polos no están separados, sino que se articulan mutuamente en las biografías de muchas personas que, de cerca o de lejos, se encuentran y se encontraron concernidas por el movimiento punk. El punk fue contemporáneo de un giro radical en la cultura de los años 70, y se componía de elementos heterogéneos: la vuelta a la energía del rock más básico, los intentos de modificar la sensibilidad cotidiana, en línea con los postulados de vanguardias como la Internacional Situacionista, la recuperación, muy ambigua y tensa, del compromiso político en la música y el arte. Todo ello impuso ritmos nuevos y estableció nuevas agendas a la hora de tocar, de escribir o de diseñar.

En toda esta historia, larga y compleja de reconstruir, a la que se han consagrado y se siguen consagrando obras, se intenta siempre encontrar una respuesta a la pregunta: ¿qué pasó en los 70 del siglo pasado? Sabemos que se extendió una forma de capitalismo insidiosa y cruel llamada neoliberalismo, sabemos que comenzaba el hundimiento, por deméritos propios, del socialismo real pero: ¿había otras alternativas? La conjunción expresada por Dee Dee Ramone y Strummer, las experiencias límites y el compromiso, y todo ello articulado a través de una reorganización de nuestras experiencias espacio/temporales, de nuestra sensibilidad, ¿qué forma estable de pensar y de sentir pueden generar? ¿Pudo tener consecuencias culturales diferentes y, por qué no, políticas? ¿Existen claves culturales que nos interpelan aún desde 1975-1977 y que podemos hacer nuestras?

No es este el lugar para establecer rankings, ni tampoco soy yo la persona adecuada, pero puede enunciarse algo, creo, sin que se me acuse de parcialidad: desde 1991, desde hace al menos 31 años, Lagartija Nick representa una textura original desde la que se exploran las experiencias límite y el compromiso político y, todo ello, desde un arraigo cada vez mayor en su entorno cotidiano, en la cultura granadina y andaluza. Las experiencias límite porque, de acuerdo a un verso de Lorca  (de Panorama ciego de Nueva York”) que cita Alberto Santamaría en Un lugar sin límites (recuerdo que lo tendremos con nosotros el miércoles a las 12.30 en el Aula García Lorca), “Nosotros ignoramos que el pensamiento tiene arrabales donde el filósofo es devorado por los chinos y las orugas”. ¿Qué quiere decir? Hay fundamentos en los que pensamiento lógico se pierde o las empobrece donde, por decirlo con Pascal, hay razones del corazón que la razón no conoce. Lagartija Nick ha explorado todo ello en temas como La Gran Depresión, Úsame, El amor es la víctima o Noosfera-Síntesis. Y, ¡qué decir del compromiso! No solo en sus discos explícitamente políticos como Crimen, sabotaje y creación, sino en sus primeros temas –Policía detrás (en el que se lee el ecosistema político de la Granada de la época)-, y en canciones elaboradas hasta el detalle como Algo sucio, algo eléctrico y tantas otras: en Lagartija Nick no solo hay experiencias límite por un lado y política por otro, sino un análisis de cómo la política cimienta nuestra experiencia íntima. Val del Omar hablaba de una ética de la comunicación audiovisual, una mecamística, capaz de no embotar la sensibilidad por medio de las imágenes. Así, en 1961, escribía en Cinestudio nº 1: “Mirando hacia el próximo futuro de catorce horas diarias de linterna electrónica en la casa, me atrevo a pedir un código técnico (cristalizado desde todos los puntos de vista de los rincones del planeta) de respeto al espectador. Un código que detenga, aunque se presente asistida de los máximos recursos enfáticos, aquella mercancía que viene a ensuciar la sensibilidad, tantas y tan renovadas veces, virginal de las criaturas”. Val del Omar recuerda aquí intentos como los de Bertolt Brecht y su idea del distanciamiento, de la obligación de romper el secuestro emocional del público y nos dejó un programa de trabajo inmenso: evitar que el arte genere idiotas encandilados. Lagartija Nick le consagró un tema, con ese título, pero buena parte de su política artística es una mecamística: No lo puedes ver o Porno stereo son temas sobre la colonización de la vida cotidiana, escritos y tocados con una emoción insólita. En todo ese tiempo Lagartija Nick ha hecho punk, pop, piezas de casi trash metal, flamenco y ha entablado diálogo con Lorca, el citado Val del Omar, Leonard Cohen o el grupo de sevillanas Gente del Pueblo. El cantante de Lagartija Nick, hace poco, explicaba que un artista que se convierte en su propia influencia se degrada y simplifica.

Si alguien sintetiza bien las dos líneas abiertas por Dee Dee y Strummer, las sintetiza hasta instituir algo nuevo, hasta permitir que se fermenten mutuamente, ese alguien es Antonio Arias. Lo hemos convocado para que nos hable de tres líneas de su actividad creadora. En primer lugar, acerca de cómo alguien tan arraigado en lo local, procedente de un hogar chanero de pura clase trabajadora, comenzó a socializarse en la música y la lectura. En segundo lugar, para que nos explique qué lee y cómo, cuáles son las escrituras que le reclaman, cómo han ido cambiando o no. En tercer lugar, Lagartija Nick es casi una enciclopedia de estilos, en todos los cuales, al menos muchos lo seguimos escuchando así, continúa latiendo lo más auténtico y menos estereotipado del punk. 

(Presentación de Antonio Arias en el Aula de Creatividad de la Facultad de Filosofía y Letras. Compartí mesa con Antonio Arias y Ana Gallego Cuiñas)

REFERENCIAS

-La cita de Val del Omar está recogida de Val del Omar: una exposición al ralentí, enlazada en esta referencia.

-Me ha encantado la serie que se dedica a Lagartija Nick en La Dhákira y recomiendo leer las entradas escuchando la música.  

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es un foucaultiano?

Intervención ayer en Traficantes de sueños durante la presentación de Foucault y la política   ¿Quién es un buen lector de Foucault? Es uno que no toma de Foucault lo que le viene en gana, sino el que aspira a tener por entero el espíritu de Foucault “porque debe haber el mismo espíritu en el autor del texto y en el del comentario”. Para ser un buen lector de Foucault, un buen foucaultiano, deben comentarse sus teorías teniendo “la profundidad de un filósofo y no la superficialidad de un historiador” Es una broma. En realidad, el texto anterior resume "¿Qué es un tomista?", un texto del insigne filósofo de la Orden de predicadores Santiago Ramírez, y publicado en 1923. Pero los que comentan filósofos, Foucault incluido, siguen, sin saberlo, el marco de Ramírez. Deberían leerlo y atreverse a ser quienes son, tal y como mandaba Píndaro. El trabajo filosófico, desde esta perspectiva, consiste en 1.        Se adscriben a una doctrina y la comentan mediante par

La totalidad como programa de análisis

Un trabajo coescrito con Nuria Peist Rojzman ha salido publicado en el monográfico de de la Revista Izquierdas consagrado a Lukács. Puede leerse aquí el conjunto coordinado por Violeta Garrido. En el trabajo situamos a Lukács en diálogo con Fredric Jameson y Juan Carlos Rodríguez y pretendemos reivindicar un modelo de análisis aplicable a la investigación en filosofía social.

Presentación de "La saga de los intelectuales franceses" y "Los pasados de la revolución"