Me encuentro preparando una recopilación sobre Jesús Ibáñez para la colección "Clásicos del pensamiento crítico" (La Catarata). Leyendo el ensayo autobiográfico de Ibáñez (Anthropos, nº 113, pp. 9-30), anoto la lista de compañeros de formación. Para saber quiénes son no hace falta investigar mucho: bastantes ocuparon puestos de relevancia, sea en la política, sea en la prensa, sea en la vida académica e intelectual. Formarse en el entorno de Ibáñez permitía a la vez acumular capital social y recibir la confirmación emocional de quien se sabe miembro de los elegidos ("todos los detenidos, escribe, éramos Premios Extraordinario de Licenciatura"). Esa clave no puede olvidarse cuando se estudia por qué las carreras distinguidas y los riesgos políticos no se excluyen. En ocasiones se complementan. (En el segundo capítulo de Convirtiéndose en Foucault intento explicarlo.) La militancia política permite, en ciertos ámbitos intelectuales, acompañar a los llamados a prosper
"Huíd de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura." Juan de Mairena/Antonio Machado