Continuo la entrada anterior . ¿Qué en los hechos los hace tan sensibles a la falsificación? Creo que dos elementos. El primero es que los hechos no siguen una lógica estricta. Cada momento del presente contiene varias posibilidades. La materialización de una sola es resultado, a menudo, de encadenamientos poco previsibles. Matizo lo de poco previsibles ya que el grado en que una realidad lo es depende, a menudo, de los recursos con los que se cuenta para imprimirle tu intención. Arendt suele ignorar esta dimensión, y es fundamental. Esta imprevisibilidad choca con la tendencia que tenemos a imprimirle un sentido. Necesitamos insertar lógica en los hechos y la manera más sencilla consiste en atribuirlos a un agente, o grupo de agentes, todopoderosos. Estos salvan la lógica a costa de la verdad de los acontecimientos. Tal es la fuerza del dogmático: siempre encuentra un sentido y siempre, cuando se confronta a un público que desea creer, un público de crédulos, tiene ventaja