Joana me planteó tres preguntas a propósito de mi conferencia en El Escorial: como tienen mucho interés para mí las introduzco como entrada específica.
Joana: En la ponencia me quedó pendiente saber donde estabas tú (también allí): ¿porqué explorar algunas alternativas históricas en las relaciones de la sociología y la enfermedad mental? Tu posición de partida, y la posición donde estás...
He intentado explicar lo último (que también tiene que ver con lo que señalas del contexto en el siguiente párrafo), mal que bien, en la ponencia que presenté al último congreso de sociología organizado por la FES. Comencé con tres presupuestos: uno, procedente de mi entrono disciplinar e ideológico: los psiquiatras son científicamente malos y políticamente peligrosos. Otro, procedente de mi tema de trabajo: un cierto perfil acerca de quiénes y por qué padecían trastornos alimentarios. Otro, de mi propia experiencia acerca del mundo y de mis próximos: el sufrimiento no es una construcción. Entre esos tres polos he ido descubriendo cosas que no se parecen ni a las ideologías que recibía del "mundo científico" ni a mis certidumbres "vitales".
Joana: Al releer el texto, este me sugiere otros interrogantes vinculados al contexto social, y relacionado con la cuestión anterior. Recuerdo que en tu ponencia comentabas que la sociología podía aportar una lógica temporal, de proceso, ¿has podido captar en el proceso de investigación la influencia del contexto en la modificación de las pautas previamente incorporadas?. Más fundamental aún ¿qué contexto? (interacción entre tu proceso como investigador y el proceso de l@s protagonistas).
La lógica temporal enseña la que la enfermedad mental no es un conjunto de síntomas que llevan por contagio los unos a los otros. Esa visión tipo "tobogán" (cuando se coge un síntoma se va automáticamente hacia todos los demás) debe ser sustituida por otra tipo “escalera” –hacia arriba-: cuando subimos un peldaño estamos en condiciones de subir el siguiente, pero no lo hacemos automáticamente... ni está escrito que lo hagamos. La fuente de esta idea es la crítica de Howard Becker (Outsiders) a la visión estadística y sincrónica de la enfermedad mental. Esto ayuda a comprender por qué las clasificaciones médicas se ven desbordadas por tantos síntomas subclínicos...
Sí, he captado esa influencia del contexto: es algo que señalo en el artículo publicado en el número especial de Política y sociedad –que tú conoces- y también en los dos que hay disponibles en este blog. ¿Encuentras convincentes las descripciones?
Muchas gracias, Joana,
José Luis
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