La mirada pijoapartesca (Lecturas de Marsé) de José Luis Bellón Aguilera, recién publicado por la Universidad de Ostrava (en la que José Luis es profesor), es un libro interesante por más de una razón. En primer lugar, una razón personal. Con el autor, a quien conocí hará casi 20 años, pasé días y noches enteros hablando de música, política, filosofía y literatura (en las fotos, tres referencias de pensamiento materialista que nos ocupaban mucho) y al leerlo hoy veo que la carrera académica no ha abducido su ironía crítica, que sigo aprendiendo de su cultura y rigor y recordando en todo ello al tipo que conocí, modesto, gracioso y enemigo jurado de los fumistas intelectuales. Las viejas amistades nos ayudan -¡sólo algunas veces, pero cuánto bien hace!- a rubricar que mucho fue bueno en nuestra educación sentimental. En segundo lugar, porque intenta conciliar dos tradiciones –la tradición marxista de Althusser y Juan Carlos Rodríguez y la sociología de los campos de Bourdieu- desde las que también yo he aprendido a intentar hablar con sentido. Pepe Bellón lo hace más que bien. Consigue construir un marco teórico reflexivo pensando en su objeto y poniendo a dialogar tradiciones intelectuales diversas. En ese sentido, el trabajo no recae en la común tendencia a reproducir mecánicamente unos presupuestos teóricos, sin por ello abandonarse a un eclecticismo que ignora las contradicciones entre marcos diversos. Las contradicciones no surgen siempre de la pereza o de la incompetencia intelectual, sino de que no se ve lo mismo cuando se mira desde marcos teóricos diversos. Es bueno variar la mirada, porque así percibimos el mundo de modo diverso. De lo contrario, nos condenamos a violentar la realidad encajándola en la escolástica de una teoría, nos convertimos en vulgares fan cuando creemos ejercer la razón crítica. Por lo demás, el autor controla la literatura pertinente para la realización de su trabajo y las referencias teóricas no tienen jamás una función decorativa, sino una muy precisa de mejora y de ampliación del proceso narrativo del ensayo. En fin, el libro sirve también como reconstrucción histórica de una coyuntura precisa del campo literario español y, a través de este, de un estado de la sociedad española y de las relaciones entre sus clases.
En tercer lugar y relacionado con lo último, Pepe reflexiona, a partir de Marsé, sobre las prototipos populistas de los dominantes y sobre las carreras populares en los medios dominantes. Teresa y el Pijoaparte son una hermoso caso sociológico, una dura lección política y una reflexión, tierna y agria, sobre cómo se vincula el cuerpo erótico y el cuerpo socializado. El libro de Pepe nos ayuda a seguir desentrañando qué hace la fuerza de esa pareja literaria y el porqué la literatura es una forma de conocimiento insustituible sobre nuestro cuerpo, nuestro deseo, nuestra vida política y nuestra razón encarnada.
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