Recibir libros escritos por autores a los que uno ha conocido es un placer. Si encima se trata de personas que me reconocen en sus agradecimientos, la alegría aumenta. Si, por si fuera poco, son libros que te gustan, bueno, no hay mejor manera de volver al trabajo.
José Manuel Romero Cuevas me envía su trabajo Hacia una hermenéutica dialéctica (Madrid, Síntesis, 2005). Este sólido libro, repaso crítico de la obra de Benjamin, Adorno y Jameson es especialmente útil para quienes se interesen en la reactualización de la tradición frankfurtiana.
Óscar Moro me dedica La perspectiva genalógica de la historia (Universidad de Cantabria, 2006) un ensayo sobre Nietzsche y Foucault. Óscar Moro se interesa por las herramientas que ambos proporcionan para el oficio de historiador, que es el del autor del libro. Existen y muchas: Moro lo explica bien.
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